EN LA CONMEMORACION DEL IX ANIVERSARIO DEL ASALTO AL PALACIO PRESIDENCIAL, EN LA ESCALINATA DE LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA, EL 13 DE MARZO DE 1966, Fidel repite la fórmula que en 1961 sentenciaría a los creadores reunidos en la Biblioteca Nacional y que, desde entonces, marcaría la política cultural de la Revolución: Dentro (con) la Revolución TODO /Fuera (contra) la Revolución NADA.
Cinco años después, la fórmula se extiende más allá del ámbito de la expresión y la cultura, para minar las relaciones interpersonales y familiares. En aquel discurso de 1966 y azorado por la "traición" de su propia familia y amigos de lucha (se acababa de desmantelar el plan de asesinato preparado por el Comandante Rolando Cubelas, Presidente de la Federación Estudiantil Universitaria)dictaría las normas a seguir para odiar a nuestros amigos y a la familia si se aventuraban a pensar diferente. Los lazos sanguíneos, que él llama con desprecio, "puramente animal", son los lazos familiares.
"Y los revolucionarios tenemos muchas personas a las que estimamos profundamente, pero seríamos incapaces de concebir el afecto fuera de la Revolución; seríamos incapaces de concebir el afecto ni siquiera hacia aquellos que son tibios con la Revolución. Amigos, familia, todo dentro de la Revolución, fuera de la Revolución, nada. Pero es que nosotros los revolucionarios vemos el afecto y los vínculos humanos no en virtud del instinto sino en virtud de la conciencia. Y entendemos que los vínculos más sagrados que pueden establecerse entre los hombres, no es en virtud de un instinto puramente animal, sino de una razón puramente humana, sino de una relación verdaderamente espiritual, verdaderamente honesta, verdaderamente moral.
Nuestros hermanos son todos los verdaderos revolucionarios y los revolucionarios tenemos una familia más numerosa que nadie. (...) Y los revolucionarios sí sabemos sentir la fuerza de los vínculos afectivos entre los seres humanos, los más puros, los más espontáneos, los más sinceros. ¿Quiénes eran nuestros hermanos en las montañas? ¿Quiénes fueron nuestros hermanos en las horas difíciles? (...) A esos hermanos nos unen los vínculos de la Revolución, los vínculos verdaderamente eternos e indestructibles. Y quien destruya los vínculos con la Revolución, destruye todo vínculo con nuestros afectos, con nuestra amistad, con nuestra estimación. (...) Porque entre los enemigos y nosotros hay un abismo (...) Y por eso no es posible que exista ningún vínculo entre el revolucionario y el contrarrevolucionario. Quien haya sido revolucionario y lo haga, es simplemente un traidor".
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